la fe de jesús

La Fé de Jesús



17. LO QUE LA BIBLIA ENSEÑA ACERCA DEL BAUTISMO

Lección 17

El verdadero bautismo


1. ¿Quién estableció el bautismo? S. Mateo 28:18-20

2. ¿Qué simboliza el bautismo bíblico (el que se practica por medio de la inmersión en el agua)? Romanos 6:4-5

3. ¿Qué importancia tiene el bautismo para el creyente? S. Marcos 16:15-16


Resultados del bautismo


4. ¿Qué dos bendiciones se reciben con el bautismo? Hechos 2:38

5. ¿A qué institución divina se unen los bautizados? Hechos 2:41-42 - Hechos 2:47

6. ¿Qué cambio produce el bautismo? Romanos 6:4


¿Qué debo hacer?


1. Creer en el Señor Jesús. Hechos 8:37

2. Abandonar el pecado. Romanos 6:11-13

3. Solicitar ser bautizado. Hechos 8:35-38

4. Responder prestamente al llamado de Dios. Hebreos 4:7


Mi resolución


Creo en el bautismo por inmersión. Deseo ser bautizado siguiendo el ejemplo de Jesús.






ESTUDIO ADICIONAL


¿QUÉ ES EL BAUTISMO?
La palabra bautismo viene de un vocablo griego que significa “hundir", “sumergir”. El bautismo es símbolo de la muerte a una vida de incredulidad, y de nacimiento a una nueva experiencia en Cristo. Es un recordatorio de la muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo (Romanos 6:3, 4). Nuestro Señor Jesús, aunque no necesitaba bautizarse, lo hizo para dejarnos un ejemplo (S. Juan 13:15). Somos bautizados por indicación expresa de Jesús y en el nombre de la Santísima Trinidad (S. Mateo 28:19).

¿QUIÉN PUEDE SER BAUTIZADO?
Todo aquel que cumpla con las condiciones requeridas. Entre esas condiciones se destacan:
creer en el Señor Jesús (Hechos 8:36 -38), arrepentirse de todos los pecados (Hechos 2:38), confesar los pecados (Proverbios 28:13), conocer la doctrina (S. Mateo 7:21), pedir el santo bautismo (Hechos 8:36). Aplicando estas condiciones es claro que no puede ser bautizado un niño pequeño. Pero puede hacerlo un menor que comprenda la doctrina. Si hemos sido bautizados sin nuestro consentimiento, sin una comprensión cabal de toda la verdad, en forma indebida, o bien si nos hemos apartado de la verdad. La Biblia autoriza efectuar un nuevo bautismo (Hechos 19:1 -5).

FORMA DE BAUTISMO
De acuerdo con el significado de la palabra, con la costumbre de Jesús y los apóstoles, y con su simbolismo, el bautismo debe ser por inmersión, es decir, cubriendo enteramente a la persona con agua. Jesús “subió del agua” (S. Mateo 3:16). Juan bautizaba “donde había muchas aguas” (S. Juan 3:23). “Descendieron ambos al agua” (Hechos 8:38). Sólo hay un bautismo verdadero (Efesios 4:5). Dice el cardenal James Gibbons: “Por algunos siglos, después del establecimiento del cristianismo, el bautismo fue conferido ordinariamente por inmersión: pero desde el siglo XII ha prevalecido en la Iglesia Católica la práctica de bautizar por infusión...” (La fe de nuestros padres, p. 256). Mons. Juan Straubiger, comentando un versículo acerca del bautismo, dice: “Se refiere al bautismo de los primeros cristianos, los cuales se bautizaban sumergiéndose completamente en el agua. Así como Cristo fue sepultado en la muerte, nosotros somos sepultados en el agua del bautismo” (Nuevo Testamento, p. 614).

RESULTADO DEL BAUTISMO
Cuando este rito se efectúa con sinceridad, es un testimonio público de la renuncia a la vida pecaminosa pasada y del nacimiento a una nueva vida en Cristo. Se promete el perdón a los pecados pasados y una medida abundante del Espíritu Santo (Hechos 2:38). Además, el bautizado llega a tener una nueva relación con Cristo (Gálatas 3:27). Ingresa como miembro en la iglesia de Cristo (Hechos 2:41).

DESPUÉS DEL BAUTISMO
En la tumba líquida ha quedado sepultada la vida pasada. Ahora comienza una nueva vida (Romanos 6:4). En adelante, la forma de vivir debe cambiar completamente (Efesios 4:22 -24). Normalmente no debería haber más pecado (1 Juan 3:9). Ahora hay que cuidarse del mal, confiar en Dios y el maligno no lo tocará (1 Juan 5:18). Comienza la gran obra de santificación (Romanos 6:22). Esta consiste en un perfeccionamiento constante de nuestro carácter. Dicha tarea dura toda la vida. No debe haber estancamientos ni retrocesos (Proverbios 4:18).

El secreto de la santificación consiste en una perfecta unión con nuestro Señor Jesús (S. Juan 15:4, 5). Sin él nada podemos hacer, con él todo es posible (Filipenses 4:13). Habrá una lucha constante con el “viejo hombre", a quien debemos “crucificar”, y permitir que Cristo viva en nosotros (Gálatas 2:20). No debemos desmayar jamás, sino perseverar hasta el fin (S. Mateo 24:13).

ILUSTRACIONES
Un padre dijo que tenía amor sin límite por su hijo. Le dio todo lo que pudo; trabajaba arduamente para que nada le faltara, incluso una educación universitaria. Pero olvidó lo más importante: nunca le habló a su hijo de Dios, ni lo invitó a seguir a Cristo. Ahora el hijo es un adulto incrédulo. El padre llora porque ha perdido a su hijo para la eternidad. Lo primero y más importante es llevar a los niños al conocimiento de Jesús.





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