la fe de jesús

ESTUDIO ADICIONAL

El tiempo de su venida; no sabemos el momento exacto en que ocurrirá (S. Mateo 24: 42-44). Determinar el tiempo de la venida es algo que compete sólo a Dios (Hechos 1:7). Vendrá sorpresivamente (S. Lucas 12:40; 21:34). Como ladrón en la noche (2 Pedro 3:10; 1 Tesalonicenses 5:2). Pero no estamos en tinieblas, Jesús dijo señales indudables (S. Mateo 24:33; 1 Tesalonicenses 5:1-4).

Señales que anuncian el regreso de Jesús: auge de la inmoralidad (S. Lucas 17:26, 27; Miqueas 7:1-3). Temor y angustia (S. Lucas 21:25, 26; S. Mateo 24:21, 22). Calamidades (S. Lucas 21:11, 26). Religiosidades falsas (2 Timoteo 3:5). Falsos Cristos (S. Mateo 24:5; 23:24). Apostasía generalizada (S. Mateo 24:11; 1 Timoteo_4:1). Desesperados esfuerzos en pro de la paz (1 Tesalonicenses 5:3). Pérdida de la bondad y el amor (S. Mateo 24:12). Predicación mundial del evangelio (S. Mateo 24: 14).

Preparación para el regreso de Jesús: esperando y apresurando nuestra preparación (2 Pedro 3:12). Necesidad de velar constantemente (S. Lucas 12:37; 21:36). Estar siempre apercibidos (S. Lucas 12:40). Procurar con diligencia ser hallados sin mácula (2 Pedro 3:14).

Según la Santa Biblia, no sabemos exactamente el día y la hora del regreso de Jesús. Sin embargo, así como había claras profecías acerca del primer advenimiento de Jesús, existen indudables señales en cuanto a su segundo advenimiento. El cumplimiento de tales señales indicaría el “tiempo del fin” y la inminencia del retorno de Jesús.

SEÑALES CÓSMICAS
Gran terremoto: “Y miré cuando él abrió el sexto sello, y he aquí fue hecho un gran terremoto; y el sol se puso negro como saco de silicio, y la luna se puso como sangre; y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra...” (Apocalipsis 6:12-13). Tal terremoto, ocurrió el 1º de noviembre de 1755, y destruyó Lisboa, sacudiendo Europa y el norte de África.

Oscurecimiento del sol (Isaías 24:23; Joel 2:30, 31; S. Marcos 13:24; S. Mateo 24:29). Este evento extraordinario ocurrió el 19 de mayo de 1780. Amaneció normal, pero a media mañana una extraña oscuridad cubrió gran parte de los Estados Unidos. El célebre astrónomo Herschel dijo: “Fue un fenómeno maravilloso de la naturaleza, cuyo relato se leerá siempre con interés y que ninguna filosofía sabrá jamás explicar”.

Caída de las estrellas fugaces: (Joel 2:10; 3:15; S. Mateo 24:29; Apocalipsis 6:13). Esta notable señal ocurrió la noche del 13 de noviembre de 1833, Un testigo presencial dijo que las estrellas caían en tal profusión, que, a su luz, podía leerse un periódico.

EL AUMENTO DE LA CIENCIA
Daniel, predijo que en el tiempo del fin “la ciencia sería aumentada”. Esta clara señal se cumple dramáticamente ante nuestros ojos. “El saber humano se duplica cada quince años, y en menos de dos generaciones el hombre ha pasado del carro de caballos a los proyectiles teledirigidos”. Billy Graham, “El mundo en Ilamas", p. 225.

ILUSTRACIONES
El anuncio cayó como bomba. El esposo y padre debía marchar a la guerra. Con dolor los parientes lo fueron a despedir a la estación del pueblo. El hijo, desesperado, le preguntaba: “¿Cuándo regresarás, papá?" El padre le contestó: “Cualquier día de éstos, en este mismo tren, que llega a las cinco de la tarde, voy a regresar”. Desde entonces, el niño esperaba ansioso la campana que anunciaba la llegada del tren. Cuando ésta sonaba, corría hasta la estación y escudriñaba ansioso para ver si entre los pasajeros estaba su padre.

Después de dos años, una tarde, entre los pasajeros bajó su padre. ¡Qué alegría! Pronto estuvo entre sus brazos. “No te vas a ir más papá ¿no es cierto?” - preguntó ansioso el niño -. “No, ahora me quedaré siempre con ustedes” - respondió el padre-. Las campanadas de la historia indican que muy pronto llegará en las nubes de los cielos, el Señor Jesús, para llevarnos consigo al cielo donde “estaremos para siempre con el Señor”.

Cuando Cristóbal Colón viajaba hacia lo desconocido, sus marineros casi se amotinan. Colón pidió unos días de paciencia. Cuando casi terminaban, vieron señales de tierra; aves que volaban, pedazos de madera flotantes. Por fin, una madrugada, el vigía lanzó el grito esperado por todos: ¡Tierra! La larga travesía por el mar de la historia parece prolongarse. Pero muchas señales no: indican que pronto arribaremos a la TIERRA NUEVA.